22 de febrero de 2012

Hace tiempo lei que una profesora de matematicas ocupaba todos sus ratos libreas dedicando horas y horas a tratar de ampliar sus conocimientos. Queria inventar algo nuevo, nose, alguna formula que cambiase la mecanica de las matematicas, que resolviese todas las sumas en tiempo record. Cada vez tenia menos ganas de despertarse cada mañana, antes ella se comia el mundo y ahora estaba dejando que el mundo fuese el que se la comiera a ella. Y sí, los problemas de matematicas ahora llevaban su nombre en el enunciado. Cuando tenia que hacer cualquier suma iba sumando sus problemas y cuando tenia que restar, restaba vidas; Queria que sus sietes vidas de un gato se redujeses. Por arte de magia, un dia aparecio alguien que le prometia ayudarla a despejar la ecuacion de la felicidad, a encontrar esa formula del éxito. Sin duda, se dio cuenta de que el seria su apoyo, quien le afilase el lapiz para seguir escribiendo una vida que estaba siendo borrada. Él le llamaba mas la atencion que cualquiero anuncio de Coca-cola y le hacia sentirse mejor que cualquier concierto de Green day. Fue fiel a su promesa y le ayudo a descubrir que las cosas que mas valen la pena tardan en llegar. Y sí, el era ese alguien.